Charlamos con Noelia Gil, autora de la obra El test de la margarita, publicada recientemente por Editorial Círculo Rojo.
¿Qué le llevo a escribir esta originalísima y extraordinaria novela?
Siempre que he pasado por un mal momento en mi vida, me han entrado unas ardientes ganas de escribir, pero nunca me decidí a hacerlo. En mi cabeza siempre aparecía la frase: «¡¿Cómo vas a escribir tú una novela?!». Y es raro, porque vengo de una familia de escritoras: mi madre y mi prima escribían poesía, mi hermana escribía canciones y guiones para cine, y hasta mi tímida hija utilizaba tiernamente la escritura cuando era niña, dejándonos alguna carta sobre la cama cuando necesitaba expresar sus sentimientos o pedir disculpas por algo. Un precioso método que siempre me pareció totalmente válido, encantador e inteligente por su parte.
Hace tres años pasé por el momento más complicado emocionalmente hablando que la vida ha puesto en mi camino, la muerte de mi madre; y la necesidad de escribir se apoderó de mí de nuevo. Un día de primavera cualquiera, tomando un café con mi hermana en una coqueta cafetería junto al río en Madrid, mientras disfrutábamos de una de nuestras charlas con asuntos profundos de por medio, con bonitas vistas, y un grupo bien organizado de gorriones robaban las miguitas de cupcakes que habían quedado en el plato como si nosotras no estuviéramos allí; la estructura de la novela fue tomando forma en mi cabeza, y esos atrevidos y desvergonzados pajarillos con sobrepeso me dieron la clave de cuál sería la técnica que utilizaría, la que necesitaba en aquellos momentos para mí misma. Mimetizarme con el entorno y pasar desapercibida. Fue en aquel preciso instante cuando supe que tenía que hacerlo, que había llegado el momento de escribir una novela y que me vendría muy bien dejar de focalizar mi atención en aquellos dolorosos asuntos, al menos a ratos. Colarme en la vida de personajes desconocidos, utilizando la técnica del gorrión. Revolotear y colarme en sus casas escuchando en un rincón sus historias, como hacían los gorriones escuchando de mesa en mesa las conversaciones ajenas. ¡Os aseguro, sin duda alguna, que aquellos gorriones sí tendrían un buen material para escribir una novela!
¿Hay algo de real en El test de la margarita?
No es una historia real, pero tiene mucho de mí. Una curiosidad es que, a la hora de crear a los personajes, descubrí que la clave estaba en mí misma. Así que, imitando el momento de la creación, cuando Adán creó a Eva a partir de una de sus costillas, yo les regalé ese pequeño detalle mío, que sería dominante en cada uno, para que evolucionaran a partir de él. Detalles buenos y no tan buenos, que a todos nos afloran en determinadas situaciones complicadas y que no sabíamos que formaban parte de nosotros, como si sufriéramos algo así como personalidad múltiple. Según el día, eres la simpática, la llorona, la fuerte y decidida, la miedosa… Así que, sin más, me mimeticé y los dejé vivir mientras los espiaba. Os confieso que fue una experiencia sorprendentemente adictiva. Ponerles cara, voz…, hasta olfatearlos. Fui conociéndolos poco a poco y me sorprendieron en muchos sentidos. Nunca supe qué pasaría realmente, ellos marcaron sus historias y yo solo fui una observadora, portátil en mano, anotando todo lo que veía y escuchaba, de la forma más fidedigna posible.
En la novela, además de la trama principal, el lector podrá encontrarse con…
No he querido desvelar nada, ni siquiera en la sinopsis (aunque puedes descubrir algo, ¡si la lees atentamente!). Todos rechazamos libros por una sinopsis desacertada que seguro nos hubieran encantado. Creo que un libro debe ser una sorpresa, no es solo el tema del que trate, es mucho más: la forma en la que está escrito, si consigue despertar emisiones en ti, si consigue trasladarte a otro lugar… Así que, prefiero mantener el misterio.
¿Por qué El test de la margarita?
Porque lo esotérico siempre ha llamado mi atención, y creo que la margarita es la pitonisa de las flores. ¿Quién no ha recurrido a una margarita alguna vez en su vida para conocer el futuro?: ¿Aprobaré el examen?, ¿me pedirá salir el chico que me gusta?… Ante un momento de inseguridad, somos muchos los que nos hemos realizado un test de margarita, deshojándola lentamente pétalo a pétalo en busca de una respuesta. Aunque si no te gustaba la respuesta, ¡siempre podías arrancar otra!
¿Cómo recomendaría El test de la margarita a sus potenciales lectores?
Potencial lector, lee atentamente: ¿Te apetece pasar un buen rato? Relajarte, distraerte, emocionarte… ¿A quién no? Pues no lo pienses más y termina con ese sufrimiento… ¡confiesa que estás intrigadísimo!
¿En qué género clasificaría El test de la margarita? ¿Se atrevería con otro género literario?
El test de la margarita es una historia de ficción contemporánea, de misterio y drama, con toques de humor, donde nada es lo que parece.
Sí, me atrevería con otro género.
¿Algún proyecto en ciernes?
Sí claro. Escribir esta novela ha sido toda una experiencia, que estoy deseando repetir.
¿Cuáles son tus principales influencias literarias, filosóficas y artísticas?
No tengo ni título ni autor favorito, ni siquiera género literario favorito. Por mis manos han pasado libros de todo tipo de géneros que me han encantado, creo que depende del momento, de la edad… En mi caso, muchos libros han llegado a mí por la gran lectora de la familia, mi madre; que después de leerlos ella, me decía: «Lee este libro, es muy bueno». En casa siempre he tenido donde elegir: novela clásica, negra, poesía, autoayuda, los best sellers de moda… Si lo pienso bien los libros que he leído a lo largo de mi vida han sido libros «famosos», de autores reconocidos. Por suerte, la mentalidad del mundo editorial ha cambiado y somos muchos los autores noveles, totalmente desconocidos, que hemos podido publicar nuestro primer libro y podemos darnos a conocer, para que muchos lectores nos descubran y nos den la oportunidad de lucir en sus estanterías.
¿Ha recibido ya algún feedback de los primeros lectores?
¡Sí! He de confesar que estaba aterrada por las opiniones porque en un primer momento no la empecé a escribir con la intención de publicarla, sino para distraerme. Fue mi hermana y primera lectora quién me animó a hacerlo. Estoy recibiendo muchos feedback preciosos. Nunca había caído en la cuenta de la segunda parte especial de escribir una novela: los preciosos mensajes de los lectores. Ese sentimiento de haber podido transmitir a alguien lo que yo sentí escribiendo y que lo haya disfrutado, es muy especial.
¿Quién es?
Noelia Gil
Alicantina, de Crevillent. Familiar, creativa, profunda y transparente. Proviene de tierra y casa de artistas. Buena contadora de historias y, seguramente, uno de los nombres que añadirás a la lista de los autores que te han hecho pasar un buen rato.